domingo, 5 de abril de 2020

Andrés

¿Conocen a Andrés? Seguro que sí. Ese molesto que viene una vez por mes, a algunas las visita siempre, a algunas nunca, a algunas siempre para la misma fecha . . . con algunas es amoroso y con otras odioso.
En cuarentena y todo vino. Llegó tarde esta vez, una semana tarde. Se preguntarán si estaba preocupada. En absoluto, pensé que zafaba de su presencia. ¡Ah! ya entiendo. Si estaba preocupada de estar embarazada dicen. No, no, no, imposible. Hace meses que no tengo sexo. Bueno, en realidad no mucho, pero dos sí, y la última vez de penetración nada. A  mi "amigo" se le subía y le bajaba como un subibaja, esos de la plaza para niños. Y yo no creo en el espiritú santo, ni siquiera profeso el catolicismo y estoy muy lejos de parecerme a María Magdalena. Así que no, embarazo super descartado. Y si me tocaba feliz de la vida: Me encantaría un bebé. Pero a mi edad difícil que pase.
Pero, una tardecita después de un día molesto, en el que tuve ganas de dormir todo el día, apareció de imprevisto.
Yo estoy acostumbrada a que venga siempre en la misma fecha y temprano a la mañana. Cuando me levanto me suele dar los buenos días dulcemente, más tarde recién empieza a ponerse molesto. Me hace doler la parte baja de la espalda, especialmente la parte baja. Me deja agotada. Y no se queda uno o dos días sino una semana. ¡Una semana!
Es molesto, enchastroso y siempre sale con algo nuevo, y no por nuevo bueno. Pero bueno, es saludable que venga todos los meses y por eso hay que darle la bienvenida, ¿no?.
¿Cómo te trata Andrés a vos?

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