Hace mucho tiempo que no me siento tan inspirada para escribir. En la noche de hoy, al sacar a mi perro con el viento vino hacia mí la inspiración. Espero les guste lo que escribí y me dejen sus comentarios.
Cosas
del Otoño
I
Las hojas
son tentadas y convencidas por el viento a dejar los árboles y luego van
guiadas por él alegres y orgullosas de haberle hecho caso y estar en libertad.
No fue una decisión fácil, les llevó meses tomarla. Abandonar su árbol, el
lugar donde nacieron y crecieron, lo único que conocían y dónde sabían que
estarían bien. ¿Sabían?
¿Y si el
viento tenía razón y era una oportunidad de conocer otros lugares? ¿Y si había
algo mejor? Después de todo habían visto o sabían que otras hojas se habían ido
con el viento. No supieron que nada malo les pasó, pero tampoco se habían
enterado de sus aventuras ni si encontraron un lugar mejor. Y lo más importante
desconocían si las promesas del viento eran verdaderas.
¿Y si
dejaban lo que conocían y luego se arrepentían? Sabían que una vez que tomaran
la decisión de volar, de ir en busca de su libertad, tras las promesas del
viento, ya no podrían volver.
Todos los
otoños, el viento seduce a las hojas para que lo sigan. Les promete que hay cosas
mucho mejores para ellas si abandonan su árbol. Convence a las que ya están
grandes y cansadas de estar siempre en el mismo lugar. Ellas quieren vivir
experiencias nuevas antes de morir. Escuchan al viento y a sus historias y
desean poder hacerlas realidad.
Por eso es
que todos los otoños vemos un montón de hojas que impulsadas por el viento
dejas sus árboles y con ayuda del viento se van.
¿A dónde
van? ¿Vivirán nuevas experiencias? ¿El viento cumplirá sus promesas? ¿Habrá
valido la pena abandonar a su árbol donde vivían bien por desear algo mejor?
Dice el
refrán “el que no arriesga, no gana”. Es cierto, pero no existe ninguno que
diga algo así como “el que no arriesga, no pierde”. ¿Por qué será?
II
Los árboles
que nacieron y crecieron en el mismo lugar nunca fueron seducidos para salir a
vivir nuevas aventuras. Nadie se animó a proponerles tal cosa. A ellos que son tan
grandes y tan fuertes, que frente a todo aún siguen en pie nadie se atinó a
ofrecerles nada. ¿Por qué será?
Ellos que
le dan vida a cientos de hojas todos los años, que las ven crecer y nacer. Esos
seres que en el fondo sufren por el abandono de sus queridas hojas. Pero no
pueden retenerlas. Cuando van que empiezan a cambiar de color saben que están
siendo convencidas por el viento y no pueden evitar dejarlas ir. Saben que es
decisión de cada una, que vivieron mucho tiempo allí y que debe dejarlas en
libertad.
¿Esa imagen
fuerte que tienen es real o solo una apariencia? ¿Habrán sido seducidos y
decidieron quedarse? ¿Eligen morir donde nacieron o no supieron cómo ser
libres? ¿Será que no se animaron a experimentar nuevas aventuras? ¿Si se
hubieran atrevido cómo les hubiera ido? ¿Habrían ganado o perdido?
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