jueves, 11 de noviembre de 2010

Heridas

Las heridas se cicatrizan con el tiempo y llegan a ser invisibles en la mayoría de los casos. Pero nosotros las recordamos como si aún estuvieran allí a la vista. Otras heridas nunca se notaron, nunca se vieron. Esas que no se ven pero se sienten. Y cuando nos lastiman una y otra vez en el mismo punto, la herida se va agrandando y nunca llega a cicatrizar, por eso cada vez que nos tocan en ese lugar nos duele terriblemente. Como una herida a flor de piel pero tan profunda que nadie la nota. Estas heridas son las más dolorosas porque siempre están, no nos dejan dejarlas en el pasado, no nos permiten olvidarnos de ellas, y aún más cuando nos siguen tocando sobre ella.
Así como tenemos heridas, también nosotros herimos a otros. A veces sin darnos cuenta, y quiero pensar que un porcentaje muy menor es intencional (aunque sé que no lo es). Por eso es importante que observemos y seamos críticos de nuestras acciones para poder darnos cuenta cuando herimos a alguien, y mucho más cuando es una persona que queremos. Somos capaces de darnos cuenta de aquellas acciones o palabras que hieren a otros, y puede que en el momento no nos demos cuenta, pero siempre podemos arrepentirnos y pedir perdón. Así como también podemos aprender a no repetirlas.
Podemos ayudar al otro y viceversa, expresando nuestro dolor, charlando, haciéndole saber que nos lastimó. De esta manera damos la posibilidad de cerrar esa herida, y por más de que no nos olvidemos de ella, sí puede dejar de dolernos, puede cicatrizar y en una de esas desaparecer para siempre.

Besos,

No hay comentarios:

Publicar un comentario