¿No les pasó alguna vez que querían dormir y su vecino estaba dando una super fiesta con la música a todo lo que da y los invitados a los gritos? Por suerte los vecinos no hacen fiestas todos los días, ¿no?
Pero cuando uno escucha todo, y cuando digo todo es todo, desde cuando hablan por teléfono, entre personas en el mismo ambiente, cuando se pelean, se gritan . . . algunos que les gusta escuchar la música a todo volúmen . . . hasta cuando tienen sexo. Todo eso todos los días se hace insoportable. Y hay días en que dan ganas de tocar el timbre y decirles: "Son las 12 de la noche, se pueden callar?". Pero claro, eso no se puede, porque cada uno en su casa puede hacer lo que quiere, más que nada hablar.
El tema es que parece que para ahorrar dinero los arquitectos alzan paredes con un mínimo grosor y eso hace que se escuche todo. Un día, dos días, puede ser divertido, pero cuando uno vive, y de alguna manera convive, se torna insoportable.
Así que arquitectos, por favor construyan edificios con paredes como la gente y que no dejen traspasar "sonidos diarios".
Besos,
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