Bueno, nada

Los modismos son como plagas: alguien pronuncia una palabra o frase y otra persona la reproduce, luego otra, otra . . . y después por miles. Algunos son transitorios, modas, y otros quedan tan arraigados que se los sigue pronunciando/escuchando por años. Por eso es que nosotros conocemos muchos modismos que nacieron en la época de nuestros abuelos, o bisabuelos.

A pesar del extenso vocabulario que nos ofrece el castellano y los modismos y palabras que se van inventando que se suman, parece haber una gran dificultad en la forma de concluir una frase, un relato, un argumento y de esta manera nace el “bueno, nada”.
Bueno se utiliza como comodín en varios modismos pero bueno, y bueno, bueno -como muletilla al comienzo de una oración- o como una pausa para pensar cómo continuar el discurso.
Nada es una palabra que fue apropiándose de conceptos que no coinciden con aquella que los filósofos contraponían con el ser. Ahora se puede hacer nada, pensar en nada, no querer nada, no ver nada, no escuchar nada, no decir nada, no sentir nada . . .
El bueno, nada, como decía antes nace ante la dificultad por concluir un discurso, principalmente oral. -Aunque en esta época en que cualquier persona puede escribir libros, revistas, y con mayor uso en Internet, el bueno, nada se encuentra con frecuencia-.Pero cuando nos referimos al uso oral del modismo, es utilizado por personas tanto cultas y formadas, como una persona que no tiene una escolaridad.
El bueno, nada es como decir no tengo nada más para decir o eso que dije es. ¿Hace falta? ¿Es necesario? ¿O se puede concluir un discurso con las palabras anteriores a estas?
Podríamos pensar el bueno, nada como una síntesis o casi anulación de lo que sería una conclusión de lo que estoy diciendo, exponiendo.

Concluir, redondear, cerrar una idea, un concepto puede tener su grado de dificultad pero no es necesario explicitarlo, digamos lo que tenemos que decir y hagamos que el bueno, nada desaparezca.

Besos,