sábado, 17 de julio de 2010

Rosario siempre estuvo cerca

Llegamos tempranito a Rosario y la ciudad nos recibió con un sol que la despojaba de la helada de la noche anterior.
Caminamos por su zona centrica, dos peatonales que nos recordaron a nuestro microcentro porteño. Una mezcla de modernismo de los locales, la gente y sus puestos ambulantes entre los edificios antiguos con sus grandes cúpulas. Algunos de estos últimos La Bolsa de Comercio, El Jockey Club, La Bola de Nieve (que aún desconocemos qué es, pero yalo averiguaremos).
Al final de la peatonal la hermosa Catedral se asomaba desde atrás de los árboles que se enaltesian en la Plaza 25 de Mayo. A su lado una simil casa rosada, de la que tampoco sabemos de qué se trata, pero ya averiguaremos; y detrás de ambas el famoso Monumento a la Bandera.

El paseo de la mañana nos recordó mucho a la Ciudad de Buenos Aires. El lugar, los negocios, la gente, el clima, todo era tan parecido.

A la tarde nos fuimos al Parque Independencia. Y las semejanzas continuan: igual a nuestro Rosadal de Palermo, con el lago, los puestecitos, los pedalines, hasta los patos.

A la tardecita, ya sin el sol que nos daba apenas un abracito para no tener tanto frio, instalamos nuestros trìpodes frente al monumento a la bandera, ahora iluminado con luces azules, para realizar allí fotografías nocturnas.

Reunidos por el Foto Club de Buenos Aires vinimos a conocer Rosario, porque como dice la canción de Fito Paez, "siempre estuvo cerca". Pero tan tan cerca que es como no haber salido de la Ciudad de Buenos Aires.

Mañana les seguiré contando de esta linda ciudad, igualita a la mía.

Besos,

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