miércoles, 19 de mayo de 2010

Prueba de Amor

En siglos pasados parece ser que las pruebas de amor eran algo usual. Digo parece porque aunque para las novelas y las películas sean muy románticas y suspiremos con ellas, en la práctica no se ven tan creíbles.

Más allá de su veracidad, esto de las pruebas de amor me hicieron pensar: ¿Las necesitamos? ¿Necesitamos exageradas y grandilocuentes pruebas de amor? ¿O con los gestos, las palabras y las actitudes de nuestra pareja, novio . . . es suficiente? ¿Si necesitamos otro tipo de prueba, a qué se debe?

Muchas preguntas me surgen con respecto a esto. Creo que todos tenemos una necesidad de seguridad frente al riesgo de ser lastimados, heridos, estafados . . . Pero también creo que no existen pruebas para el amor. Que esas pruebas uno las va viendo en el día a día compartiendo momentos -como dicen cuando uno se casa: en las buenas y en las malas- sintiendo qué nos pasa con eso y siendo sinceros con estos sentimientos. No quiero decir que sea algo fácil, pero tampoco podemos buscar pruebas o garantías en lo que sentimos. Los sentimientos no son algo matemático, menos que menos cietíficos, por lo que las pruebas de amor mejor se las dejamos a los escritores, guionistas y directores, y que nos remonten a épocas donde los príncipes corrían graves peligros para rescatar a la princesa. Disfrutemos de estas escenas y suspiremos frente a ellas, pero también valoremos y disfrutemos de las pequeñas pruebas que nos demuestran que esa persona que tenemos al lado nos quiere, nos ama. No dejemos de demostrárselo nosotros también. Y como decíamos en un post anterior es muy importante además ponerlo en palabras, te quiero, te amo, diganselo.

Besos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario