viernes, 26 de marzo de 2010

Café de los Angelitos


Hoy iba caminando por Rivadavia, a encontrarme con un amigo, cuando una edificación de la mano opuesta por la que iba, llamó mi atención. No era muy alta, y en la parte superior se veían un cuadros, que no llegaba a distinguir bien, pero sí se veía claramente el logo de Coca-Cola. Pero no podían ser simples publicidades, estaba iluminado tan lindo. Seguí caminando y al llegar a la esquina de Rincón, siempre desde la mirada de enfrente intenté deducir qué era aquella edificación. Estaba apurada y no tenía tiempo de cruzar a investigar. Pero al encontrarme con mi amigo, le pregunté y me dijo que era el Café de los Angelitos.

Más tarde fuimos a tomar un café én esta mítica confitería. Queríamos conocerla por dentro. Desde la vereda nos dejó maravillados. Su arquitectura, su araña central que se destaca con sus miles de lamparitas que hacen que el salón brille, sus vitraux y los cuandros con fotos en blanco y negro de grandes personalidades . . . Todo era increíble. El aire era diferente.

Tienen que ir para entenderme, porque a veces las palabras no son suficientes para poder transmitir una experiencia tan mágica, y quizá remontarnos a principios del 1900 o unos años antes, e imaginarnos allí reunidos a poetas, músicos y payadores compartiendo mesas con malandras, estafadores y cafishios.

Originalmente, 1890 se llamaba Rivadavia. Fue fundado por el migrante italiano Batista Fazio. Y por más de un siglo fue uno de los cafés más tradicionales de Buenos Aires. Alrededor de las mesas, sobre piso de tierra se runían los inmigrantes italianos del barrio. También solían concurrir algunos malandras, a quienes un comisario de la zona llamaba irónicamente "angelitos". Tanta popularidad fue ganando ese mote, que para 1920 el lugar se rebautizó con el nombre actual: Café de los Angelitos.

Este café fue cerrado en 1992, y gracias a la continua preocupación de la "Asociación de Amigos del Café de los Angelitos" que desde ese año, mantuvo sesiones de tango en la vereda y se ocupó para que este sueño se cumpla, cada Miércoles por la tarde al sonar del bandoneón bailaban en la vereda. Así fue como la esquina de Rivadavia y Rincón volvió a lucir nuestro mítico Cafe de los Angelitos, totalmente remodelado pero con la vigencia del estilo de los años 20.

Vayan a conocerlo, a tomar un café, a cenar, o a disfrutar de uno de los shows que ofrece el lugar.

Besos,

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