sábado, 6 de marzo de 2010

El Zoológico de Buenos Aires

Cuando uno entra al zoológico vuelve a ser un niño. Todo nos sorprende, todo nos maravilla, nos excita, como cuando éramos chicos. Vamos por los caminos visitando a los distintos animales y nos sentimos de vacaciones. Quizá vamos con nuestra familia, amigos, llevamos a los chicos. Y estando tan cerca de nuestra casa nos sentimos en un lugar lejano.


Hoy tuve la oportunidad de ir del otro lado. De pasar a donde los cuidadores les dan de comer a los animales. Específicamente de los felinos: el león, los tigres blancos, el jaguar, los chita, los pumas . . . Increíble. Y toda esta experiencia se la agradezco a Laura y a Eduardo que se les ocurrió hacer un curso de fotografía en el zoológico, permitiéndonos hacer un trabajo de campo, por la parte de atrás, donde uno puede tener mucha más cercanía con estos maravillosos animales. Y también quiero agradecer a los cuidadores del zoológico que nos acompañaron, y que estaban ahí para darles su alimento a los felinos, para que ellos estuvieran cerca nuestro y de esta manera nos permitieran sacar mejores fotografías.


Ya verlos es increíble, y verlos de tan cerca . . . no tengo palabras. Hay que vivirlo. Sentir al rey de la selva a menos de un metro de distancia rugiendo es una experiecia única, intransferible.


También conocí a los felinos por su nombre. El león es Quique. El tigre blanco es Rino, su mujer Bety y su cachorra Cleo. El Jaguar se llama Tango. Una de las chitas, Lorena, y le dicen Luli . . . Así que ya saben algunos nombres, ahora pueden contarles a sus ñinos. Me acuerdo que cuando yo era chiquita, y supongo que varios de ustedes también se acordarán, la jifara se llamaba Jazmín.


Si les gusta la fotografía les recomiendo la experiencia, sino vayan al zoológico pasen una hermosa tarde y sientanse como cuando eran niños.


Besos,

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