miércoles, 17 de febrero de 2010

En la diversidad está . . . lo maravilloso


Compartir con otras personas lo que pensamos, intercambiar opiniones, debatir ideas, expresar nuestros sentimientos . . . hace que conozcamos más al otro. Podemos darnos una idea de cómo es esa persona. Quizá sea más que una idea, un bosquejo de la misma. Y medida que compartimos más cosas con esa persona, la vamos conociendo más, y hasta a veces podemos ponernos en su lugar y saber qué diría o cómo miraría ella sobre algo determinado.

Pero todo esto, en un gran porcentaje, es mediante palabras. Palabras que de alguna manera fueron creadas para denominar a las cosas, a lo sentimientos . . . creadas para poder entendernos. Y aunque considero que las palabras son maravillosas, creo que hay otras formas de expresión, en las que las palabras desaparecen, que también lo son.

El arte, en sus múltiples disciplinas, muchas veces se abstre de las palabras, y nos deja sumergirnos en el maravilloso mundo de los sentimientos. Sé que muchos lo racionalizan y hasta los que saben sobre arte pueden ponerlo en palabras de maneras increíbles, pero cuando miramos un cuadro, una escultura, o hasta una fotografía, y nos limitamos a observarla y a sentir eso, sin sonidos, sin palabras, en el silencio conductor hacia nuestro interior, eso simplemente eso, es maravilloso. Y digo eso para no poner (tratar) palabras que lo encasillen, que lo delimiten, que sea algo determinado, prefijado . . .


El compartir salidas fotográficas (les he hablado en otros posts sobre los fotosafaris) y luego el también las fotos tomadas en ellas con distintas personas, me ha recalcado las diferentes maneras que tenemos de ver las cosas. ¿Por qué? Porque estando en un mismo lugar, frente a los mismos estímulos, no sólo dirigimos nuestra atención hacia cosas diferentes, sino que a su vez sobre un mismo objeto tenemos diversas miradas.


Al igual que cuando relatamos la salida, la ponemos en palabras, no vamos a hacerlo de la misma manera. Tampoco la vivimos ni la vemos de la misma forma. Y cuando sacamos fotos, esa forma en la que vemos queda plasmada en una película o en pixeles. No podemos ver lo que ven los ojos del otro, pero si (aunque no en un 100%) lo que vieron esos ojos, cuando vemos la evidencia de ello: la foto.


Las diferentes miradas siempre llamaron mi atención, y es algo que me encanta. Poder compartir las fotos tomadas durante una salida y haber estado en el mismo lugar y darme cuenta que entre dos vimos cosas muy distintas es maravilloso. ¿No lo creen?


Besos (especialmente para todos los que me permiten compartir esta diversidad de miradas).

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