jueves, 14 de enero de 2010

¿Compramos por el envase?


Internet se ha convertido en una caja de Pandora. Podemos encontrar lo que queremos. Y esto no se limita a lo que es información, también podemos buscar amigos, pareja, gente para hacer negocios, trabajo . . . lo que se nos ocurra.

Entre todo este mundo hay una gran oferta de páginas para encontrar pareja, sea para una relación casual, para una relación seria, para una amistad, etc. Todas se manejan más o menos de la misma manera, lo primero es crear un perfil, dónde uno tiene que presentarse, decir qué es lo que busca, lo que le gusta, y completar diferentes datos físicos (estatura, peso, color de pelo, color de ojos, color de piel, etc.). Y siempre está la posibilidad de subir una (o más) fotos.

Luego, uno puede buscar el tipo de perfil que le gusta y si lo desea hacer contacto con otras personas registradas.

¿Qué buscamos? ¿Leemos los perfiles o nos guiamos por las fotos? Si nos gusta lo que escribió la persona pero no su foto, lo contactamos? ¿Las fotos publicadas son realmente de la persona? ¿Su perfil es verdadero?

En un medio como este en que la mayoría de los usuarios nisiquiera usan su nombre real, sino un nick, sobrenombre o apodo, ¿qué podemos esperar? Nunca sabremos hasta encontrarnos si realmente son sinceros, si lo que dicen era cierto, si la foto que nos muestran es de ellos, si se ven así en el presente o es de hace muchos años . . .

En general con el primer contacto uno puede darse cuenta de lo que el otro busca. No creo que se trate de un sexto sentido, sino que hay una gran pérdida de lo que es un diálogo cordial y respetuoso, y muchas veces en vez de un saludo, un cómo estás, se va directo al grano. Las invitaciones llegan a los pocos minutos, y no son las de antes. La mejor propuesta que te pueden hacer es ir a tomar algo. Y sino, te invitan directamente a un telo o pretenden que los invites a tu casa. ¿Qué pasó con ir a cenar, con ir al cine? ¿Qué paso con conocer al otro, con establecer un contacto, una seducción?

Todo es tan inmediato, tan rápido, que también llegó a acelerar o a apresurar lo que sería establecer una relación. Digo relación porque no me gusta poner etiquetas (hablaré de eso en otro post). Una relación puede ser de una noche, de dos, de meses, dure lo que dure y sea cual sea la relación, siempre hace falta un poco de tacto, de respeto, de tiempos, de seducción, de saber algo del otro . . . Y está de más que diga que hace falta sinceridad. Esta es importante, porque le damos la posibilidad al otro de elegir. Decir "yo soy esto, soy así, ¿te interesa conocerme?". Y el otro decide a partir de ahí si quiere o no.


Pero como decía, este primer diálogo que uno establece con aquella persona de la que no sabemos nada, dura muy muy poco antes de que aparezca la pregunta "¿tenés foto?". Y si la foto no les gusta, es decir, si vos no les gustas, directamente termina el diálogo. Entonces mi pregunta es ¿compramos por el envase?

¿Es más importante cómo se ve uno que como uno es? ¿Nos perdemos grandes contenidos por mirar solamente el envase? ¿No es mejor aunque sea abrir la tapa y ver que hay adentro?

Los dejo con estas preguntas a ver si me ayudan a responderlas.

Besos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario