martes, 26 de enero de 2010

¿Podrías Simplemente Escuchar?


En posts anteriores hablabamos de la importancia del diálogo. Hoy quiero compartir con ustedes un texto que encontré que tiene mucho que ver con esto, y creo que es bueno para tomar conciencia de que a veces no sabemos realmente escuchar al otro. Espero les guste.


¿Podrías Simplemente Escuchar?

- Cuando te pido que me escuches y empezás a darme consejos, es que no escuchaste mi pedido. - Cuando te pido que me escuches y empezás a decirme el por qué yo no debería sentirme de esta forma, estás metiéndote con mis sentimientos.
- Cuando te pido que me escuches y sentís que tenés que hacer algo para solucionar mi problema, estás errado aunque parezca extraño que así sea.
- ¡Escuchame! Lo que te he pedido es sólo que me escuches; no tenés que hablar ni hacer nada. Sólo escuchame.
- Dar consejos es simple; lo conseguís en cualquier diario o revista. Cuando hacés algo por mí que puedo hacer por mí mismo, sólo estás contribuyendo a mi sensación de miedo e inadecuación. Pero cuando podés aceptar el simple hecho de mis sentimientos, no importa cuan irracionales sean, entonces yo puedo parar mis intentos de convencerte y usar mi energía para explotarlo que hay detrás de mis emociones. Y cuando esto está claro, las respuestas son obvias y yo no necesito consejos.
- Los sentimientos irracionales tienen sentido cuando entendemos lo que hay detrás de ellos. A lo mejor es por eso que las oraciones a Dios funcionan, pues Dios es mudo y no trata de dar consejos o arreglar las situaciones. Dios escucha y te deja hacer tu trabajo.
- Por lo tanto, ¿podrías escuchar, simplemente? Cuando vos necesites hablar, yo te prometo estar aquí, procurando sólo escucharte.

Besos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario