viernes, 22 de enero de 2010

El diálogo en nuestra vida

En el post anterior hablaba sobre la importancia de los diálogos en las creaciones literarias. Ni que hablar en la vida. El diálogo, me refiero a uno en donde las personas no solamente hablen, sino también se escuchen. Y extendido a lo que es un chat o e-mail, que no solamente escriban, sino que también lean.

Los seres humanos somos seres sociales y para relacionarnos necesitamos el diálogo. Para conocernos, para negociar, para llegar a acuerdos, para expresar nuestras opiniones (discutiendo o debatiendo), etc. Pero es muy importante que para que funcione, para que sea un verdadero diálogo y no dos monólogos, ambas personas se escuchen. Y que se escuchen y que lo que le dicen lo procese y responda a partir de ahí. Suena lógico, ¿no? Algunos dirán "es obvio". La famosa palabrita que se usa muchísimas veces y que en la mayoría de las veces, para no decir nunca, es bien usada. No es obvio, hay muchas personas que no escuchan, y si no lo hacen no se puede establecer un diálogo.

Saber que del otro lado hay alguien que nos escucha, es decir alguien con quien podemos dialogar, es muy importante. Seguramente sabiendo esto expresaríamos muchas más cosas. No habría personas que temen hablar sobre algo en particular, o con alguien en particular. Y se resolverían más cosas, se llegarían a más acuerdos, se evitarían malos entendidos, uno aprendería más cosas, porque se atrevería a preguntar más . . .

Hace varios años, cuando escribí el artículo sobre los diálogos dije que son para las creaciones literarias como la sal para la comida: un condimento muy importante. Hoy digo que el diálogo en la vida es un condimento esencial. Si no hay diálogo no existe relación alguna, y de esta manera es imposible vivir. Entonces, mientras mejores sean los diálogos, mejores serán nuestras vidas.

Besos.

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